Los VÉRTIGOS son un trastorno más que una enfermedad propiamente dicha. No es
un asunto grave, no matan, pero… como también nos dice María José, te invalidan
para cualquier tarea y te hacen sentirte una inútil, además del miedo que se
pasa para salir a la calle sola y que de repente te visite EL VÉRTIGO.
CAUSAS
Los vértigos pueden tener muy diversos orígenes.
Los más frecuentes son los que provienen de alguna
alteración, desgaste, trauma o lesión en alguna de las partes del oído: bien
sea del laberinto, del oído interno o del nervio craneal, y así toman
diferentes nombres según la terminología médica.
Otras posibles causas son: infecciones y traumatismos en el
oído interno, efectos secundarios de medicamentos, laberintitis (una
inflamación del laberinto de origen infeccioso y que puede producirse tras una
fuerte gripe o una infección de las vías respiratorias).
LOS VÉRTIGOS MÁS FRECUENTES SON:
El vértigo posicional benigno (un trastorno del órgano del
equilibrio, habitual en los ancianos y provocado por el envejecimiento del
aparato vestibular). Son cuadros agudos de segundos de duración y que los
disparan ciertos cambios de postura.
El Síndrome de Ménière es un vértigo de minutos u horas de
duración que suele ir acompañado de acúfenos (ruidos en los oídos), sensación
de opresión en el oído y pérdida de audición.
El neurinoma: vértigo-mareo provocado por un tumor benigno
del nervio acústico (el mareo se acompaña de pérdida de audición y ruidos en
los oídos, dificultad para tragar o hablar y migrañas).
Los vértigos vestibulares centrales, que son menos comunes,
pueden tener su origen en enfermedades circulatorias cerebrales, por
obstrucción de las arterias por ateromas y, raras veces, por tumores del nervio
acústico o por algún traumatismo cerebral.
Se dan vértigos, también poco frecuentes, que podrían estar
producidos por alteraciones visuales, trastornos psíquicos, enfermedades
neurológicas o consumo de medicamentos.
Los vértigos provocados por una lesión auditiva, sobre todo
si la persona es mayor, son los más rebeldes y complicados, pero se pueden
mejorar.
Los vértigos más fáciles y rápidos de solucionar son los
provocados por la subluxación o pinzamiento de alguna de las vértebras
cervicales (osteopatía).
Otras causas u orígenes de vértigos pueden ser:
arterioesclerosis cerebral, estrés acumulado, tensión muy baja, vivir o
trabajar en una zona geopatógena, esto es, con irradiaciones de cualquier
origen: telúricas, acústicas, electromagnéticas o incluso por ciertas
influencias personales.
SOLUCIONES
La primera medida obligatoria, como tantas veces os digo, es
que os dejéis reconocer por un especialista, por un médico otorrino, para que
al menos con su experiencia, métodos y aparatología determine cuál es la causa
de ese vértigo.
Otra cosa va a ser que, dependiendo de la clase de vértigo
que sea o la causa que lo haya originado, pongáis en práctica de forma
alternativa o complementaria las medidas, la higiene y los remedios que voy a
dar.
No es lo mismo tratar un vértigo en una persona joven que en
una persona mayor.
Si poniendo en práctica lo que voy a decir a continuación no
desaparecen o al menos mejoran tus vértigos, os aconsejo que me llaméis.
He visto muchos vértigos y he conseguido corregir una buena
mayoría de ellos, pero sería un presuntuoso y un mentiroso si dijera que he
solucionado todos. Hay vértigos que son verdaderamente rebeldes y puñeteros,
pero al menos casi siempre se puede conseguir una pequeña mejoría.
Como en una mayoría de los casos la raíz del problema se
localiza en la cabeza: circulación cerebral, oído, cervicales…, habremos de
actuar a ese nivel y, para ello, recomiendo primero una dieta muy estricta,
prácticamente vegetariana o macrobiótica, para devolver a la sangre su fluidez
y limpieza y permitir que recircule por esas finas arterias y conductos, y
funciona (sirope).
Como ayuda muy eficaz en estos casos, recomiendo que toméis
dos cosas: un preparado que lleve ginkgo biloba, una planta originaria de
China, muy activa y muy eficaz para la circulación cerebral; a la par tomar un
buen harpagofito, tanto en comprimidos como en ampollas. Esta planta del
desierto, popularmente llamada “la garra del diablo”, hará la función de
descongestionante, antiinflamatoria y limpiadora del hígado.
Si se trata de un pinzamiento cervical, acudid a un
osteópata, porque, si lo hace bien, normalmente a partir de la primera sesión
suele comenzar a remitir el vértigo (tengo muchos casos de esta naturaleza
resueltos).
Si hay un componente nervioso: angustia, miedos, ansiedad,
estrés, habrá que aplicar alguna de las terapias avanzadas que, al día de hoy,
pueden regular, templar o atemperar desajustes nerviosos funcionales:
Acupuntura, también la osteopatía, homeopatía, psicoterapia,
flores de Bach o algún preparado que fortalezca ese sistema nervioso
debilitado. Por ejemplo, va muy bien un preparado homeopático de venta en
farmacias que se llama L-72.
Si el motivo, la causa de un vértigo es vuestro entorno:
C.E.M. en la oficina o alrededor de vuestra casa; agua subterránea; uso y abuso
del móvil; algún vampiro psicológico; no habrá otra solución que o huir del
enemigo, o al menos protegerse de su influencia. Si se trata de una
hipotensión, tomar 3 infusiones/día de: eleuterococo, alfalfa, cardo mariano,
romero e hisopo.
Se dan casos de vértigos cuya raíz está en una alteración
renal, hepática o cardíaca. No tienen por qué ser trastornos importantes, pero
lo espectacular y agradecido es que, una vez que se corrige abajo, se arregla
arriba.
VÉRTIGOS PERIFÉRICOS
La neuronitis vestibular es un cuadro agudo e intenso
acompañado de todo el contexto de vértigo con náuseas, vómitos e inestabilidad
que empeora con los movimientos de cabeza o cambios de posición y que mejora al
fijar la mirada en un lugar.
Puede haber nistagmo y acúfenos (oír pitidos en el interior
de la cabeza sin que los haya en la realidad). Suele durar unos días y cede
espontáneamente. Es normal que vuelva a aparecer en brotes y deja alteraciones
residuales de inestabilidad en la marcha.
La laberintitis se produce al inflamarse el laberinto por
causas infecciosas (virus o bacterias). Este vértigo se asocia a dolor de
cabeza, fiebre u otros signos de infección. Se debe tratar la causa infecciosa
para que ceda el vértigo.
Las fístulas perilinfáticas suelen ser debidas a lesiones
traumáticas (tos o estornudos) o hiperbáricas (buceo). Se presentan como un
vértigo de posición y falta de audición que es variable. Dura unos días y cede
solo.
VÉRTIGOS CENTRALES
Los vértigos secundarios a afectaciones vasculares
cerebrales: en estos casos las lesiones son cerebrales. Se asocian a
alteraciones en el habla, lesiones de movimientos faciales, alteraciones de la
visión y parálisis de extremidades.
Hay vértigos en el contexto de una jaqueca. Estos vértigos
son fáciles de diagnosticar por ser la cefalea pulsátil de horas de duración y
con antecedentes familiares, una característica común.
Los vértigos secundarios a tumores cerebrales dan vértigo
progresivo con síntomas nerviosos focales: ataxia, cefalea, hipoacusia
(disminución de la audición), lesiones de movimientos faciales, alteraciones de
la visión, etc.
Hay vértigos secundarios a la toma de ciertos medicamentos
(anticonvulsivantes, AAS, diazepinas, alcohol, etc.).
Un cuadro de epilepsia de lóbulo temporal puede también
producir vértigo.