Porque nada en el cuerpo ocurre por casualidad. Cuando aparece el picor, es una señal de sabiduría interna de que algo necesita ser depurado, no callado.
Porque nada en el cuerpo ocurre por casualidad. Cuando aparece el picor, es una señal de sabiduría interna de que algo necesita ser depurado, no callado.

Los picores le recorren todo el cuerpo casi durante todo el día, pero sobre todo por la noche y cuando se ducha. No puede menos que rascarse, y a veces lo hace con tal intensidad que llega a hacerse heridas. En la zona que se rasca le sale una mezcla de sangre y un líquido color ámbar. Esto le alivia, pero está muy preocupado porque los picores cada vez son más intensos.
Siempre que aparecen picores en alguna parte del cuerpo, la persona que los padece se desespera y comienza a buscar alivio a su problema.
Le da igual cualquier solución con tal de que le quiten esos picores.
Lo normal en estos casos es recurrir a cremas, aceites, lociones o polvos.
Y esto es un error: el picor se puede llegar a amortiguar temporalmente, pero volverá con más fuerza.
¿Por qué? El cuerpo está anunciando, a su manera, un estado de sobrecarga, colapso, acidificación, bloqueo orgánico, toxificación, infección o, a veces, sensibilidad a la cercanía de algún campo electromagnético.
Los principales orígenes de los picores son:
• Disfunción biliar y presencia de bilis en sangre
• Mal funcionamiento y filtraje de los riñones
• Acidificación de la sangre por alimentación inadecuada
• Intoxicación alimentaria
• Pobreza circulatoria
• Estreñimiento crónico
• Acumulación de mucosidades u otras toxinas
• Descargas de ácido nervioso en personas estresadas o introvertidas
• Hipersensibilidad a los campos electromagnéticos
Todos los demás diagnósticos expresados con muy diferentes nombres tienen detrás alguna de estas causas.
Por tanto, Basilio —y todos los que padezcáis picores por el cuerpo—, si he de daros los mejores consejos para aliviar y sobre todo hacer desaparecer los picores sin que resulten parches temporales, debéis tener muy presente lo anteriormente dicho.
El que padece esos picores desesperantes, más que consejos, necesita soluciones rápidas.
Aquí van las soluciones más rápidas, pero fijaos bien: además de aliviar grandemente esos picores en poco tiempo, vamos a necesitar extraer a través de cualquier vía de salida una gran parte de toxinas del cuerpo y devolver, al menos mínimamente, el funcionamiento de los órganos implicados: riñón, hígado, vesícula biliar, páncreas, intestino o sistema nervioso, que al no estar cumpliendo correctamente su función, provocan este malestar.
De tal manera, vamos a conseguir recuperar la relajación y el bienestar sin necesidad de drogas.
Hay distintas clases de pruritos y picores.
Algunos, después de rascarse, no dejan señales. Otros dejan corros eritematosos.
En la mayoría de los casos se hacen pequeñas heridas al rascarse.
La naturaleza ha puesto en nuestras manos uñas, y no precisamente para morderlas ni para pintarlas, sino para rascar donde pica.
Se nos ha educado para no rascarnos, y aunque lo ideal sería no necesitarlo, si llega el caso es una reacción natural: una purga de urgencia para extraer a través de las heridas un poco de esas toxinas y obtener alivio momentáneo.
La piel es una vía de salida extraordinaria, o si queréis, de emergencia, para liberar venenos o toxinas que el cuerpo no puede eliminar por las vías normales: riñones, hígado, intestino. Por eso se la llama el “tercer riñón” o el “segundo hígado”.
No es lo ideal hacerse heridas al rascarse, pero mientras recuperamos la función de los órganos colapsados, puede permitir un alivio inmediato aunque sea temporal.
La mayoría de los autores hablan de la liberación de histamina en el tejido cutáneo como causa de los picores, y esto es cierto, pero es la última causa, no la primera.
Esto de la histamina debe tenerse en cuenta para evitar alimentos histaminoliberadores, pero nada más.
Un remedio inmediato para aliviar los picores consiste en un baño completo de agua caliente de temperatura ascendente.
Ingredientes:
• 2 puñados de una mezcla de: cola de caballo, ortiga, malva, verbena y saúco
• 2 litros de agua
• 1 vaso de bicarbonato
• 1 vaso de vinagre de manzana
• 1 kg de sal marina
Preparación:
1. Hervir las plantas a fuego muy lento durante 7 minutos en los 2 litros de agua.
2. Dejar reposar 30 minutos, colar y verter en la bañera.
3. Añadir el bicarbonato, el vinagre y la sal marina. Mezclar bien.
4. Llenar la bañera con agua a unos 37–38 °C.
5. Entrar desnudo en el agua y, a partir del minuto 10, ir subiendo la temperatura hasta alcanzar 41–43 °C (según la resistencia de cada persona) en los 5 minutos siguientes.
6. Mantenerse en esta temperatura de 5 a 15 minutos.
7. Rociarse con agua fría en este orden: pierna derecha, brazo izquierdo, pierna izquierda, brazo derecho.
8. Vaciar la bañera y terminar con una rápida ducha fría.
No aplicar cremas después (solo en caso de piel muy seca, usar jugo de aloe vera con limón). Secarse con energía y vestir solo prendas naturales: algodón, lino, felpa, etc.
Tras el baño, observar el nivel del agua: se apreciará una ligera costra de suciedad, parte de las sustancias tóxicas eliminadas por los poros.
Repetir estos baños en noches alternas o al menos dos veces por semana, siempre con el estómago vacío.
Desde el primer baño notaréis un gran alivio.
Atención:
• Si se trata de personas con tensión muy baja o delgadas, no superar los 39–40 °C y limitar los primeros baños a 5 minutos.
• Quienes tengan problemas de corazón deberán hacerlo también suave.
• En caso de varices, cubrir las piernas con vendas empapadas en agua con vinagre de manzana antes del baño.
Para librarse en poco tiempo de los picores, es necesario evitar durante al menos 20 días o hasta que desaparezcan: café, yema de huevo, chocolate, fresas, tomate, crustáceos, quesos fermentados, legumbres, frutos secos, azúcares y harinas refinadas, leche entera y derivados, carnes grasas y embutidos.
Tratamiento natural recomendado:
• 300 g de jugo fresco de aloe vera
• 2 cucharadas de whisky (sustituir por vinagre de manzana si no se desea alcohol)
• 300 g de sirope de arroz
Batir bien y tomar 3 cucharadas soperas al día.
Aplicación externa alternativa:
Mezclar partes iguales de vinagre de manzana, zumo de naranja y orina de 7 días. Frotar en la zona cuando pique.
Ojalá estas palabras os sirvan para mirar el cuerpo con otros ojos.
Que estéis bien, y que el cuerpo os enseñe, como siempre, el camino de regreso al equilibrio.
Un saludo
Pedro


Es una sensación de falta de estabilidad o de desconocer cuál es nuestra situación en el espacio, que suele ir acompañada, en la mayoría de los casos, como nos refiere María José, de náuseas, vómitos y falta de estabilidad para andar. Es como si las cosas, el suelo y todo lo situado alrededor dieran vueltas …
Porque nada en el cuerpo ocurre por casualidad. Cuando aparece el picor, es una señal de sabiduría interna de que algo necesita ser depurado, no callado.
Dedicamos estos capítulos a nuestro potente y magnífico aparato osteoarticular, mucho más perfecto que la obra de ingeniería más perfecta diseñada y creada por el hombre.