Conexión entre las
muelas y el resto del cuerpo
Las muelas del juicio,
tanto por estar incluidas, atravesadas, atrapadas dentro de la encía, como por
estar presionando al resto de los dientes, no solo deforman la estructura del arco
dentario, sino que, por su relación energética y conexión nerviosa con el resto
del organismo, según la terapia neural estudiada por Voll, Kramer, Huneke y
Peter Dosch, pueden provocar a distancia algunas disfunciones y trastornos en
las siguientes partes del cuerpo:
En el oído interno, en
los hombros, codos, dedos de manos y pies, intestinos, nervios de la cara
(neuralgias), algunas vértebras de la espalda, frío en el cuerpo, cansancio
anormal, glándulas suprarrenales, genitales, psicopatías, temores, angustias,
epilepsias, baja capacidad mental.
Son muchos los trastornos
que las muelas cordales pueden ocasionar. La verdad es que no es lo habitual
que quien tenga alguna muela 8ª sin salir, atrapada dentro de la encía
presionando a las demás, vaya a tener ninguno de estos problemas que acabo de
enumerar, pero sí que a veces ocurre, pues, de hecho, me ha tocado solucionar
varias afecciones antiguas y rebeldes a partir de la extracción de alguna pieza
dentaria en mal estado (circulación en piernas, erección, afonía crónica).
Cuando la raíz del
problema está en la boca
En bastantes ocasiones,
buscando el origen, la raíz de alguno de los muchos y variados problemas que me
presentan, he descubierto la causa en una muela de juicio, en alguna de las
cuatro cordales, y esto sucede generalmente si alguna de estas muelas del
juicio está incluida.
Cuando estas octavas
piezas dentarias empujan a las otras intentando hacerse sitio para erupcionar,
desalinean a las otras siete, deformando las bocas, arrastrando y desajustando
incluso otros huesos de la cabeza, provocando dolores, neuralgias, etc.
Estoy seguro de que son
muchas las personas de todas las edades, sobre todo jóvenes, que están
afectadas de alguna dolencia que no solucionan por tener alguna muela o diente
en mal estado.
Una mirada a la evolución y la alimentación
Aquellos hombres y
mujeres antiguos, de hace miles de años, tenían otra anatomía maxilofacial
bastante más desarrollada que la de nuestro tiempo, adaptada a su forma de
vida, especialmente a la manera de comer, mucho menos refinada que la actual,
en la que, a falta de cubiertos, desgarraban y trituraban todo directamente con
la dentadura. En aquella prehistoria, sus grandes mandíbulas permitían la
erupción de las muelas, que emergían sin ninguna oposición a partir de los 15
años de edad y cuya funcionalidad estaba perfectamente adaptada a su forma de
alimentarse.
Los alemanes, orgullosos
de su raza aria, cuidan de extraer a sus jóvenes las muelas del juicio cuando
llega el momento justo, entre los 15 y 17 años, que es cuando las muelas del
juicio ya están en embrión y suficientemente sólidas para sacarlas y así evitar
cualquier imperfección, deformación o trastorno que estas muelas puedan
ocasionarles en su desarrollo.
Actualmente, con las
avanzadas técnicas que tienen los dentistas, y cuando la extracción lo
requiere, los cirujanos maxilofaciales, no se sufre, no te enteras de nada y en
un par de días te has olvidado.
Consejos naturales para una buena recuperación
Un consejo de oro que os
voy a dar para que, después de la extracción, y sobre todo para que, cuando se
pase el efecto de la anestesia, apenas tengáis dolor, tan solo pequeñas
molestias, es que, a las pocas horas de la extracción, os hagáis enjuagues con
infusiones templadas de salvia, tomillo y corteza de sauce.
Y tomad, por otra parte, un tubito al día de una homeopatía que encontraréis en
la farmacia: Árnica 15 CH en monodosis, dejando que todos los granulitos
dulces, que son como cabezas de alfiler, se disuelvan bajo la lengua
lentamente, sin chupar.
De esta manera, en muy
poco tiempo cesan las molestias y cicatriza la herida.
Hay que mirar la salud
como un todo, con humildad, sin fragmentos.
Porque hasta la más pequeña pieza puede alterar la armonía del conjunto.
Recuerda: el cuerpo siempre busca volver al equilibrio…
solo hay que ayudarle un poco.
¡Estaré aquí para lo que necesites!
— Pedro